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Tristan - Mito y Símbolos


Delia Steinberg Guzmán

ANTIGUEDAD DE LA GESTA DE TRISTAN

Resulta difícil encontrar las raíces de este mito-historia que se hunde en el tiempo, y al que conocemos bien porque se convirtió en una de las tradiciones poéticas más expandidas en la Europa de la Edad Media. Así llegó a inspirar relatos y romances en las Islas Británicas, Francia, Alemania, España, Noruega, Dinamarca e Italia. Son numerosas las versiones literarias (apoyadas unas en otras, ampliadas o diversificadas) que aparecen en los siglos XI, XII y XIII, que se insertan en la tradición caballeresca, cortesana y juglaresca, o bien apuntan a auténticas obras de gran envergadura literaria.

En todas ellas, el destino de un amor trágico parece atrapar la atención, pero el corazón de la historia es la azarosa trayectoria de un caballero que, tras enfrentar todo tipo de riesgos y desafíos, logra demostrar lo esencial de la cuestión: su perfección y su integridad en todos los aspectos, que van desde el combate físico hasta la posesión del amor inmortal.

El culto a la dama de los Minnesinger, de los trovadores y cantores de gestas caballerescas en general, aquí se expresa simbólicamente como el culto a la propia alma inmortal y a la pureza de los ideales de honor y lealtad.

No faltan relaciones con otros mitos cuya antigüedad es tan difícil de discernir como la del mismo Tristán. Destacaremos dos fundamentales, en los que nos apoyaremos en las comparaciones simbólicas: la saga arturiana y la búsqueda del Grial, y el mito griego de Teseo que enfrenta al Minotauro gracias al apoyo de Ariadna. Al desarrollar la trama argumental y el significado de sus personajes, iremos remarcando estas similitudes.

Lo cierto es que existe una complejísima y riquísima fusión de elementos históricos, míticos y legendarios, folklóricos regionales e internacionales, que dificultan la labor de investigación.

Para algunos, el origen celta es indudable, sobre todo por los elementos mágicos y creencias primitivas que encierra, muy anteriores al siglo XII.

Para otros, la vinculación mitológico-simbólica se entronca con lo astrológico, y así hay quienes ven en Tristán un personaje lunar, un "dios-luna", mientras que los hay que lo interpretan como el destino del sol.

No faltan quienes se centran exclusivamente en el contenido psicológico del relato, destacando el drama humano que viven sus personajes. Sorprende el hecho de que, en la época en que ía literatura lanza esta aventura, no asome ningún sentimiento religioso en los protagonistas, entendiendo por "religioso", que no haya arrepentimiento alguno por su conducta; antes bien, los amantes se sienten inocentes y aun amparados por Dios y por la naturaleza; hay algo extraño en los acontecimientos que sitúa a los protagonistas "más allá del bien y del mal"...

Diversos autores señalan asimismo el posible origen oriental, ya sea de algunos episodios, o del conjunto de la obra. Según esta hipótesis, habría sido trasplantada de Oriente a Occidente a través de los árabes de la península ibérica.

Por otra parte, están quienes insisten en la repetición reiterada de la leyenda en todo el litoral atlántico europeo, lo que la haría retroceder a un origen ario-atlante, anterior al de los celtas.

Lo que sí se desprende de casi todos los análisis es que, tenga una u otra procedencia, sea una u otra su antigüedad, debió existir una fuente común y arcaica de inspiración, una leyenda previa con más o menos detalles que sirvió de soporte a todos los romances, con todas sus variantes, que se han compuesto sobre el tema de Tristán.
EL ARGUMENTO

Una síntesis y unión de todas las versiones, nos lo permitiría presentar del modo siguiente, que si bien no concuerda en todos los detalles con la conocida obra de R. Wagner, si nos ayudará a apreciar mejor una serie de significados simbólicos. Tristán es un joven príncipe que vive en la corte de su tío, el rey Mark de Cornualles. En un terrible combate vence a Morold de Irlanda, a quien Mark debía pagar anualmente un tributo de cien doncellas; pero de resultas Tristán queda incurablemente herido por una flecha envenenada. Abandona la corte y se aleja en una barca sin remos, ni velas, ni timón, sólo en compañía de su lira; así llega prodigiosamente hasta las tierras de Irlanda, donde Isolda la Rubia, experta en artes médicas y mágicas -como lo fuera su madre- logra curar su herida. Tristán se presenta bajo el nombre de Tantris, fingiendo su identidad, pero Isolda lo reconoce como el vencedor de Morold, pues compara la melladura de su espada con un fragmento de metal que ella había extraído del cráneo del vencido. Así y todo, llevada por la compasión -y tal vez por una naciente atracción- atiende al herido.

De regreso a la corte, su tío le encarga a Tristán que busque a la mujer con la que desea casarse, y de la que sólo posee un cabello rubio que dejó caer una golondrina.

Tristán reconoce que el cabello pertenece a Isolda la Rubia, y a través de admirables hazañas, la conquista para su tío; su principal gesta fue enfrentar y matar a un terrible monstruo-serpiente que devastaba Irlanda e imponía miedo aun en los más esforzados caballeros.

Durante el viaje de Irlanda a Cornualles, la camarera de Isolda, cambia de sitio unas pócimas mágicas que llevaba la princesa, y cuando Isolda, ofuscada por su resentimiento, ofrece a Tristán el Licor de la Muerte, ambos beben el Filtro del Amor, con lo cual la pareja queda unida por una pasión invencible.

Se celebran las bodas de Isolda y de Mark, pero la reina y Tristán, entre angustias y torturas, siguen viviendo su ardiente amor, hasta que el rey los descubre. A partir de aquí son varios los desenlaces, según las distintas versiones.

Una de ellas cuenta que un caballero del rey Mark hiere mortalmente a Tristán, quien se retira al palacio que lo vio nacer para esperar la muerte... y la llegada de Isolda que podría salvarlo nuevamente. Isolda llega, en efecto, en una barca, pero es seguida por el rey Mark y sus caballeros. El desenlace es fatal, por cuanto todos mueren y sólo queda Mark como mudo testigo del drama. Tristán e Isolda se despiden de la vida en un canto de Amor Trascendente que tiene mucho más de glorioso que de doloroso.

En otras versiones, el rey Mark, una vez que descubre a los amantes, los destierra de la corte; ellos irán a vivir solitarios en un bosque (o en una gruta del bosque), hasta que un día Mark los sorprende dormidos, aunque con la espada de Tristán entre ambos como símbolo de inocencia y castidad. Entonces, el rey perdona a su esposa y la lleva consigo, mientras que Tristán es desterrado a Armórica donde se casa con la hija del duque de la región, Isolda de las Blancas Manos, aunque el recuerdo de su amada lo mantiene alejado de su esposa.

Una vez más Tristán es gravemente herido por defender a un amigo y envía a buscar a la Rubia Isolda, la única que podrá curarlo. Para saber si ella viene, la barca enviada en su busca ostentará velas blancas en caso afirmativo, y negras si no consiguen traerla. Cuando la nave aparece en el horizonte, Isolda de las Blancas Manos, arrastrada por los celos, dice a Tristán que las velas son negras. Con esto muere la última esperanza de Tristán y su vida se apaga, mientras que Isolda al comprobar lo sucedido con su amante, se tiende a su lado y se deja morir a su vez.
PERSONAJES: SUS NOMBRES Y CARACTERISTICAS

Tristán (a veces Tristrán, Tristant) :
Es un nombre de origen celta: Drostân y Trystân son diminutivos del nombre Drost o Drust que llevaron algunos reyes pictos durante los siglos Vll y IX. Pero también este nombre se relaciona con "tristeza", aludiendo al hecho de que su madre murió al nacer él, poco después de su padre. Es hijo de Rivalén, rey de Leonís, y de Blancaflor, hermana del rey Mark de Cornualles.

Tristán es el "héroe sin par, maravilla de los reinos y asilo de la gloria".
Tantris :
Es el nombre que toma Tristán para presentarse en Irlanda, ya sea la primera vez cuando acude herido por Morolt, sin rumbo y en manos del destino, como la segunda vez en que llega para conquistar la mano de Iseo, la que luego habrá de entregar a su tío Mark. En ambos casos es un nombre significativo, no sólo por la inversión de las sííabas, sino de los valores: ya no es el brillante caballero, sino el "necromante tántrico" que acude en busca del auxilio de la maga Iseo, o que engaña a Iseo para entregarla a otro hombre.
Iseo (Iseut, Isaut, Isolt, Isalde, Isotta, Isolda) :
También es un nombre celta que se puede remontar hasta el Essylt cimbro, aunque es probable una derivación del germánico Ishild o Iswalda.

Mario Roso de Luna ensancha las relaciones del nombre a Isa, Isis, Elsa, Elisa, Isabel, Isis-Abel... y se inclina por la imagen de Isis como el alma pura que alienta en todos los hombres.

Es hija de la reina de Irlanda y sobrina de Morolt (a veces es su prometida, o su hermana); es maestra en las artes mágicas de la curación, lo que permite emparentarla con Medea, y con Ariadna en el mito de Teseo.
Iseo, la de las Blancas Manos :
Hija de Hoel, rey o duque de Armórica o de la Pequeña Britania: es un personaje que la mayoría de los autores considera posterior y accesorio al mito original.
Morolt (Morholt, Morhot, Amoroldo, Morlot, Maroldo):
Es el cuñado del rey de Irlanda, un hombre gigantesco que se presenta anualmente en Cornualles para reclamar el tributo de las cien doncellas.

En la versión wagneriana es el prometido de Iseo, que fue vencido por Tristán, y su cadáver arrojado a una isla en las aguas desiertas, mientras que su cabeza fue colgada en tierras de Irlanda.

"Mor" significa en celta "mar", pero también "alto", "grande". Es, en síntesis, el monstruo que debe abatir Tristán-Teseo, el símbolo de una vieja humanidad por contraposición a la juventud promisoria de nuestro héroe.
Mark (Marc, Marcos, Marke, Marco, Mars, Mares):
rey de Cornualles, tío de Tristán y esposo de Iseo es, al decir de M. Roso de Luna, la personificación del "karma" o ley del destino. Es el único que sobrevive a la catástrofe final del drama, y es la causa por la cual se desencadenan todos los efectos.
Brangania (Brangel, Brengain, Brenguen, Brangene, Brangaene):
Es la fiel doncella de Iseo que, según las versiones, confunde -intencionadamente o no- los filtros que han de beber Tristán e Iseo. En la obra de Wagner, Brangania es requerida para servir el Filtro de la Muerte a la pareja, pero su miedo o su ofuscamiento, le hacen colocar en su lugar el Filtro del Amor.

También, en otros autores, Brangania ocupa el lugar de Iseo en la noche de su boda con Mark, para esconder la culpa de su señora.
EPISODIOS SIMBOLICOS

Son numerosas las coincidencias con el mito de Teseo y el Minotauro. Tristán, al igual que Teseo, debe vencer a un monstruo: el gigante Morolt que exigía el tributo de las doncellas, o el dragón que asolaba las tierras de Irlanda. A veces, estos dos episodios se hallan claramente diferenciados, y otras veces ambos personajes, Morolt y el dragón, se mezclan en un mismo ser monstruoso.

Siguiendo las huellas de Teseo, Tristán conquista a Iseo, pero no para sí mismo: Teseo entrega Ariadna a Dionisos, y Tristán entrega Iseo a su tío el rey Mark.

Hacia el final del relato, una barca con unas velas blancas o negras son significativas del regreso de Teseo (y la muerte de su padre Egeo, en un caso) y de la llegada de Iseo y de la muerte de ambos amantes en el otro caso. Las velas hacen las veces de un estandarte especial; para Wagner, Isolda se acerca con un pabellón en el mástil que es "la alegría luminosa, más luminosa que la luz misma"...
Los argumentos arturianos
Ya en su momento, Wagner había pensado unir los argumentos de Tristán y Parsifal: "...tracé el esquema de los tres actos, en los cuales pensaba encerrar la acción del argumento entero de Tristán. En el último acto introduje un episodio que eliminé más tarde: era la Visita de Parsifal, errante en demanda del Grial, a Tristán moribundo en su lecho. Tristán, herido de muerte y no acabando de expirar, se identificaba en mi espíritu con el personaje de Amfortas de la novela del Grial".

Amfortas era el rey guardián del Grial, que había sido herido con una lanza mágica aplicada por un conocido nigromante, herida condenada a no cerrar jamás. Y algo similar ocurre con Tristán, quien por dos, y aun por tres veces, sufre heridas incurables que sólo Isolda las puede sanar. El factor mágico, necromántico, es indiscutible: Tristán es herido por Morolt y/o por el dragón, e Iseo posee las artes necesarias para hacer retroceder el mal. Tristán herido es Tantris, es la magia negra quien lo toca, e Iseo es la maga que sabe contrarrestar esos efectos malignos. Sumemos a estos aspectos casi atlantes, la última curación de Iseo: ya no busca un remedio que retenga la vida física de su amado, sino que ella misma sigue el camino de la muerte como única salvación y transfiguración.

Otra similitud aparece al recordar el encuentro de Mark con los amantes dormidos en la floresta, el bosque (¿o la gruta nirvánica?) con la espada en medio de ambos. El rey Arturo vive parecidas circunstancias cuando encuentra a Ginebra y Lancelot que habían huido al bosque al no poder ocultar su mutuo amor.

Más aún: en los lais del cancionero galaico-portugués, se menciona que Tristán e Iseo viven en un castillo que les ha prestado Lancelot. Luego, Tristán decide tomar parte en la conquista del Grial, acompañado de su arpa y de su escudo verde, a la usanza de los caballeros jóvenes o noveles de entonces. De ahí nombres que se le aplican como "el caballero de la verde espada" o "el caballero del verde escudo".

La muerte de Tristán no se pinta de igual forma según los relatos. Está el episodio de la barca y las velas que hemos apuntado. Está la herida que Tristán recibe, bien del rey Mark, o bien de uno de sus caballeros, cuando es descubierto con Iseo en los jardines del palacio. Y hay más versiones que ofrecen otras variantes, como la del mismo Wagner. Pero es casi siempre Mark el que empuña la espada o la lanza mortal: lanza emponzoñada o espada que había sido expresamente enviada por Morgana para eliminar al caballero.
La cuestión de los Filtros
Dejando de lado el habitual argumento del filtro de amor que la reina de Irlanda había preparado para la boda de su hija, y el error que les lleva a beberlo a Tristán e Isolda, pueden plantearse otras posibilidades.

Si a la manera del mito griego de Teseo, Tristán es el símbolo del hombre, e Iseo el del alma, es natural que haya unión y amor entre ambos antes de beber el filtro. Pero las circunstancias de la vida hacen que el hombre olvide su alma y se separa de ella, negándola o desconociéndola. Entonces el alma reacciona: Iseo piensa que es mejor la muerte que la traición y prefiere que ambos mueran antes que vivir separados: invita a Tristán a beber el falso "Filtro de la Reconciliación" que en realidad es el Filtro de la Muerte. ¿Pero acaso no es la Muerte la única que puede reconciliar al hombre con su alma? Hay un error; los filtros se mezclan y ambos beben el del Amor: nuevamente unión, reconciliación, pero esta vez en vida y con todas las dificultades que esto conlleva.

Y aquí entramos en los argumentos filosóficos, muchos de ellos de carácter platónico.

Tristán es el hombre crucificado entre el mundo de los sentidos y el mundo del espíritu, entre los placeres y las conquistas terrenales y la visión de la Belleza eterna que sólo puede alcanzar tras la muerte (o dominio) de su personalidad.

Si en ningún momento siente culpa por su amor, sí en cambio la experimenta por su pecado de orgullo, por haber cedido a sus ansias de poder y gloria terrenales, antes de ganar su propia inmortalidad. Y si para ello tiene que entregar su alma, no vacila en dejar que Iseo se case con Mark.

La inmortalidad de Tristán llega con su muerte: la muerte es para él la redención liberadora; allí comienza su renovación, su paso definitivo del mundo del dolor y de las sombras, al mundo de la luz y la felicidad. La Muerte es vencida por la Inmortalidad; el canto trovadoresco es reemplazado por el Canto a la Resurrección; la lira y la rosa del amor se convierten en la espada resplandeciente de la Vida y de la Muerte. Ha encontrado su Grial.

El tema de las almas gemelas tampoco falta, pues los protagonistas van alcanzando gradualmente una perfección que supera la pasión humana para transformarse en posesión plena y recíproca, en identificación de uno con otro, en transustanciación de uno en otro.
CONCLUSIONES

Muchos son los símbolos que se entrelazan en este relato. El héroe Tristán, expresión de una humanidad joven y heroica, guerrero y músico (¿5ª humanidad?), y la maga Iseo que vela constantemente por esta nueva humanidad que representa Tristán, reflejan arcaicos secretos que atañen al hombre: Mente y Sexo, Vida y Muerte, Amor y Guerra.

La dualidad Mente-Sexo se remonta a lejanas tradiciones esotéricas en las que se explica el momento crucial por el que atravesó la humanidad cuando, una vez separados los sexos, hizo su aparición la chispa mental. Hombre y mujer (caballero y dama en la literatura cortesana) tuvieron que enfrentar una separación dolorosa y atractiva a la vez, con una mente todavía incapacitada para comprender el problema. De ahí que el Amor tuvo entonces el dolor y la atracción del sexo, y poco y nada del idealismo de la mente clarificada.

El otro par de dualidades: Vida y Muerte, Amor y Guerra, intentaremos explicarlos a partir de las características logoicas que, en su triple aspecto, influyen en las condiciones humanas. Tristán arranca su periplo de experiencias desde el distintivo Inteligencia-Forma del 3er. Logos. El es un caballero inteligente que cosecha glorias en el mundo de la forma: vencedor en batallas, todavía no conoce la Guerra; galanteador de doncellas, todavía no conoce el Amor; cantor y exquisito arpista, es un músico que todavía no conoce la Belleza; sensible ante la presencia de Iseo, todavía no posee la Sabiduría como para reconocer su propia alma.

Es la Muerte la que lo lleva al paso siguiente: la Muerte le abre la puerta del 2do. Logos: Energía-Vida, Amor-Sabiduría. La muerte de su forma-cuerpo lo pone ante el misterio de la Energía Vital que es la savia del Universo y la razón de la inmortalidad. Por la Muerte entiende la Vida; por la Muerte entiende finalmente el Amor: su inteligencia se ha convertido en Sabiduría. Ahora ha librado la Gran Guerra, la gran batalla que como aparece en el milenario Bhagavad Gita, enfrenta al hombre con la posesión de su alma, con la posesión de sí mismo.

En este momento, el músico y el amante se ha transmutado en un ser sabio: ahora conoce el Arte y el Amor, los aspectos esenciales de la Belleza.

Un paso más, y es el éxtasis de la Muerte por Amor, el que lo conduce a la visión suprema:

Lo Bello, que es asimismo lo Bueno y lo Justo.
lnteligencia: triunfos mundanos, pero alejado de su alma.
Forma: la música de los sonidos terrenales.
Energía-Vida: conocimiento de la Muerte en lo formal.
Amor-Sabiduría: Arte y Belleza conquistadas en la Guerra por su propia posesión.
Ley: lo Bello, lo Bueno y lo Justo.
Voluntad: superación de todas las pruebas; sublimación del deseo.
Tristán
Es el perfecto prototipo que el neoplatónico Plotino nos propone como vía dialéctica de ascenso a la Verdad.

Tristán es el amante y el músico: tiene a su Iseo y su arpa; pero la pasión del mundo convierte su amor en rosa roja de sangre y espinas, y su lira en una espada que hiere de muerte. Entonces llega al mundo de las ideas: el músico y el amante comprende y ve. Ha navegado por aguas azarosas, protegido por su escudo y por la guía de su alma, hasta llegar al puerto del Hombre Nuevo, de una nueva forma de vida.

Este es el camino del verdadero músico: de las formas a las ideas del deseo a la voluntad, del guerrero al Hombre.

Y resumiendo el proceso, nada mejor que las palabras de Ricardo Wagner, describiendo las vivencias del Amor que une lo que la ignorancia separa, mostrando a Tristán e Isolda inmersos en la insaciable ola del Deseo, ola que, naciendo de la confesión tímida, crece aguzada por el suspiro vacilante, a través de la esperanza, del lamento y del deleite, del goce y del sufrimiento, hasta que, llegando en el paroxismo de su impulso al dolor frenético, encuentra la brecha por donde el corazón se derrama en el océano de las infinitas delicias del Amor
"... Mas tal embriaguez es en vano. El corazón, impotente para resistir, desfallece de nuevo para consumirse en el deseo inasequible, pues que todo deseo logrado es el germen de otro más ávido, hasta que en el postrer decaimiento alborea en el alma desgarrada el presentimiento del deleite supremo: la delicia de la muerte y del no-ser, la definitiva redención, sólo lograda en el maravilloso reino del que más nos alejamos, cuanto más y con más impetuosa fuerza nos obstinamos en penetrarlo... ¿Llamaremos a eso morir? ¿O es más bien aquel oscuro mundo del Misterio del cual surgieron una hiedra y una vid estrechamente entrelazadas sobre la sepultura de Iseo y Tristán, como la leyenda nos cuenta?..."

BIBLIOGRAFIA

Wagner mitólogo y ocultista, Mario Roso de Luna.
Tristán e Iseo, C. Grünanger.
Estudio preliminar y traducción de Tristán e Iseo, Alicia Yllera.


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