Es el Sol, la iluminación, una cualidad de lo sagrado con luz propia. Es la incorruptibilidad y la sabiduría; el equilibrio de todas las propiedades metálicas.

También es el honor, la riqueza, la superioridad.

Para los aztecas era la excrecencia del sol. Para los chinos era la armonía; para los hindúes la luz y la inmortalidad; para los egipcios era la piel de los dioses.

Para el simbolismo alquímico es la Gran Obra, el producto de la interacción del azufre y el mercurio, lo masculino y lo femenino, la meta y la perfección.