La Catedral de Málaga

En la actualidad, el lugar de donde irradia el poder que la mirada hacia lo sagrado de los hombres plasma en la Tierra, en esta ciudad de Málaga, se encuentra en su Catedral, llamada popularmente “la Manquita” por el aspecto de su torre inacabada.

La Catedral de Málaga

La Catedral de Málaga se encuentra en el lugar que ocupó la Mezquita Mayor durante los ocho siglos de dominación musulmana. Su situación, inmediatamente detrás del puerto y las murallas de la medina, en las inmediaciones de la zona ocupada en tiempos romanos por el conjunto de edificios públicos, nos hace pensar que probablemente se edificara sobre la antigua basílica romana. Típicamente, la basílica romana se situaba cerca del foro, y tenía, antes de la implantación del cristianismo, la función de tribunal y lugar de reunión de los ciudadanos. En los primeros siglos del cristianismo, estos edificios fueron sacralizados y convertidos en tempos paleocristianos.
Cabe esperar que, tras la caída del Imperio Romano y los sucesivos conflictos entre vándalos, bizantinos y visigodos en nuestra región, este templo paleocristiano fuese reutilizado como tal hasta la invasión de los árabes, los cuales construirían su Mezquita sobre suelo ya consagrado, sustituyendo un culto por el otro, como en tantas ocasiones se ha hecho a lo largo de la historia.

La Catedral de Málaga La Catedral de Málaga

La Mezquita era un edificio constituido por cinco naves, con ciento trece columnas, y un patio con naranjos rodeado de galerías por tres de sus lados. Después de la conquista de la ciudad por los cristiano, los Reyes Católicos ordenaron la consagración de la Mezquita para que fuera dedicada al culto de Santa María de la Encarnación. Pero la antigua Mezquita no se adaptaba bien al culto cristiano, por lo que se decidió derruirla y construir un templo nuevo.
La idea que inspiró la construcción de la Catedral y todo el conjunto de obras de arte que revisten su interior es la del Triunfo de la Iglesia, a través del Ciclo de la Redención. Una idea de Triunfo que se ramifica hacia el Santuario de Nuestra Señora de la Victoria, patrona de Málaga, y que quizás constituya una de las claves para entender el carácter jovial, alegre y despreocupado de los malagueños.

La Catedral de Málaga