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El amor platónico


Delia S. Guzmán

Todos los poetas han cantado al amor. Todos los filósofos se han preguntado sobre el amor. Hasta los científicos investigan sobre el amor, intentando averiguar cuál es la "química del amor".

Y es que, si lo que buscamos en la vida es la felicidad, todos nos volvemos hacia el amor, buscando en él la fuente de la felicidad.
Al comenzar a preguntarnos, como filósofos, podemos toparnos con diferentes tipos de amor: el amor a las cosas (a mi coche, a mi ciudad, a mis libros...); el amor a ciertas formas de actividad (el amor al trabajo, a la literatura, al arte...); o el amor a las personas (como la amistad, el amor fraternal, el amor sexual o "de pareja"...).

Suele ser este último, el amor de pareja, el que con más frecuencia identificamos con la palabra "amor". Pero incluso aquí podemos encontrarnos con diferentes "niveles" de amor. El nivel más bajo sería el DESEO, que es una emoción pasajera, que muere en el momento en que alcanza una satisfacción sensual pasajera. Por encima nos encontraríamos las PASIONES, que, poseedoras de una gran fuerza a la hora de mover a los individuos, capaces de elevar a los cielos como de hundir en los infiernos, son como explosiones emocionales: tan pronto como se encendieron se apagarán. Dentro de estas pasiones encontramos la que llamamos ENAMORAMIENTO, una fase en las relaciones de pareja en la que el pensamiento queda absorbido por la otra persona, en la que el pulso se acelera con sólo verla aparecer entre la multitud.

Una fase que dura precisamente no conocemos a la otra persona, y es más bien un enamoramiento de la idea que nos estamos haciendo de esa otra persona. Vemos su sonrisa, y nos decimos "debe de ser dulce... debe de ser tierno... debe de ser..." y nos vamos haciendo una idea de él o de ella, de la cual nos estamos enamorando. Y estamos amando una idea.

Conforme vamos conociendo a esa persona este enamoramiento puede tener dos salidas: o nos damos cuenta que la idea que nos habíamos hecho es totalmente falsa, que no tiene nada que ver con él o con ella, y entonces el enamoramiento se enfría, se apaga, y nos buscamos a otro o a otra que responda mejor a la idea de la que nos habíamos enamorado; o ese enamoramiento se va transformado en un afecto mucho más profundo, más tranquilo, más sereno, más duradero, más real, que es lo que podríamos llamar verdaderamente AMOR. El amor que va a hacer que podamos estar con esa persona a todo lo largo de la vida, que envejezcamos con ella, que podamos compartir proyectos, ilusiones, penas y alegrías.

Y luego estaría lo que comúnmente conocemos como "amor platónico", que es algo así como estar enamorado de algo que es inalcanzable, como amar algo que no vamos a tener y además ni siquiera nos preocupa tener. No se desea estar físicamente con esa persona, no se está deseando su cuerpo ... es una amor alejado de todas esas cosas, al que solemos llamar amor platónico.

Al estilo de cómo hacían los griegos, que antes de hablar de cualquier cosa se preguntaban por la cosa "en sí", vamos a ver si podemos hablar, no de los distintos amores, sino del amor "en sí". Si podemos hacer una definición del Amor. Y luego pasaremos a discutir qué es el amor platónico; qué decía Platón sobre el amor, y si guarda alguna relación con este valor que hoy le damos a la expresión de "amor platónico".

¿Qué es el amor?
Para hablar del "Amor en sí", puesto que Platón nos trae al antiguo mundo griego, vamos a empezar por recordar lo que nos dice la mitología griega sobre el asunto.

En la cosmogonía griega, al principio estaba el Caos, que fue organizado por el Teos para formar el Cosmos. La primera potencia que nace del Cosmos es Eros. Eros el Mayor, el más antiguo de todos. Un Eros que no es el que luego va a estar entre la gente, que será Eros el menor, acólito de Afrodita. Este Eros primordial no tiene padre y no tiene madre. Es una fuerza del Universo que tiende a que todas las cosas se busquen entre sí, que tiende a reunir las cosas. La fuerza de la gravedad no sería más que una expresión de esa fuerza del amor primordial en lo material, en lo más concreto: en los átomos, en las moléculas, en los planetas. Pero esta fuerza universal también se puede expresar y se expresa en todos los demás niveles que podamos encontrar de la existencia: nivel energético, nivel emocional, nivel mental... Una fuerza que atravesaría uniendo en todos esos niveles o planos de la existencia.

Plotino nos hablaba de la Inteligencia cósmica como del Logos, la "Palabra", que en el cristianismo se tradujo como el "Verbo", que se puede llamar Dios, Inteligencia creadora, Mente Cósmica. Este Logos tiene tres cualidades: la primera cualidad es la Voluntad Universal, que se manifiesta objetivamente como Ley, la Ley que rige el Universo; la segunda cualidad es doble, tanto en el aspecto subjetivo, que sería "Amor - Sabiduría", como en el aspecto objetivo de su manifestación en "Energía y Vida"; la tercera de las cualidades es la Inteligencia Universal, que se manifiesta objetivamente en Forma, es la
Inteligencia que da Forma al Universo y a todo lo manifestado.

¿Por qué se relacionan Amor con Sabiduría y Energía con Vida? Un ejemplo concreto, físico, puede ayudarnos a comprender de qué estamos hablando. Mi cuerpo está formado por una serie de partículas, de moléculas que forman millones de células. ¿Por qué las células de mi cuerpo se mantienen unidas?

Hay una fuerza de cohesión que mantiene las células de mi cuerpo unidas y vivas. Esa fuerza de cohesión es una energía que se manifiesta en Vida, tanto en mi cuerpo como en el de cualquier otro ser vivo. Entonces tenemos una primera plasmación del Amor, de ese Amor que es una fuerza universal de cohesión, como Vida, Vida a través de la unión en la materia.

Otra de las plasmaciones del Amor en lo psicológico es el amor del que hablábamos al principio, entre las personas, que puede ser emocional, pasional o sentimental.

Si seguimos tomándonos a nosotros, como decían los griegos, como imagen del Universo, y seguimos subiendo de niveles hasta el nivel mental, en el nivel de la mente el Amor sería la fuerza que cohesiona las ideas, la fuerza que reúne las ideas. De forma que las ideas que antes estaban sueltas, desconexas, sin sentido, a través del amor que las reúne van a dar lugar a la Sabiduría, que no es lo mismo que intelectualismo. El "intelectual" acumula muchas ideas en su mente, pero sin conexiones entre ellas, lo que las convierte en puros "datos".

Pero lo que llamamos Sabiduría es cuando las ideas están bien relacionadas entre sí, de tal manera que nos hacen de verdad ampliar nuestra forma de ver las cosas, ampliar nuestra conciencia, nos permiten comprender las causas y las consecuencias de nuestros actos y acceder a otras realidades de forma casi intuicional. De aquí que este Amor, en lo mental se transforme en Sabiduría.
Y por último, en lo espiritual, la Sabiduría tendría que transmutarse de nuevo en ese sentimiento de "reunión", ese sentirse "parte de toda la Humanidad" de toda la Creación, esa unión con Dios que es lo que llamamos Mística.

Entonces vemos que esta fuerza universal que hemos llamado Amor se manifiesta en todos los planos. Se trata de la misma fuerza cuando hablamos del deseo sexual que cuando hablamos del amor a la sabiduría, lo que pasa es que en distintos planos. Vemos pues que no hay un amor espiritual que se enfrenta y lucha contra el amor físico, sino que es una especie de superación que engloba y trasciende todos los amores elevándolos hacia los planos superiores.

Platón y el Amor
Consideramos a Platón como el padre del pensamiento occidental. Aristóteles, su discípulo, y Platón han sido los grandes dinamizadores del pensamiento europeo a lo largo de toda su historia. Son la base de nuestra cultura y de nuestra civilización los planteamientos de Platón, los planteamientos de Aristóteles, y los enfrentamientos que los seguidores de Platón y de Aristóteles quisieron establecer entre ellos.

Platón nos va a hablar del Amor en uno de sus diálogos más conocidos, "El Banquete". En la introducción del diálogo se presenta a los personajes que toman parte del banquete. En torno a un poeta que había estrenado aquella noche una obra teatral, en homenaje a este personaje, estaban celebrando un banquete grandes personajes de Atenas, como Aristófanes, ... y por supuesto estaba Sócrates. En la primera parte empiezan los discursos de todos los presentes en el banquete en torno del tema que se plantean, que es el amor.

Empieza hablando el más joven, Fedro, que habla de los héroes, ... también Pausanias, un famoso sofista ateniense, ...grandes discursos sobre las grandes virtudes del Amor. Cuando le llega el turno a Sócrates el discurso se va a desarrollar al estilo de Sócrates, en forma de diálogo. Éste empieza a preguntar al que había realizado el discurso más brillante y aplaudido, al poeta, "... Si el amor, como tú has dicho es el más hermoso y feliz entre todos los dioses, ¿qué te parece? Si realmente fuese bello, ¿estaría siempre detrás de lo bello? Si fuera feliz, ¿estaría siempre buscando, siempre persiguiendo la felicidad?..."

Finalmente, tras las preguntas de Sócrates, el poeta debe admitir que realmente estaba hablando de lo que no sabía. A partir de ahí, Sócrates empieza a contar la conversación que él tuvo con una mujer, que es el único personaje femenino que aparece en la obra y que aparece como realmente la única persona que sabía del amor, y la única que se podía llamar "maestra" en el amor. Diotima, que era una sacerdotisa de Mantinea, entra entonces en el diálogo, y es cuando éste empieza a tener otro carácter totalmente diferente.
A través de este diálogo entre Diotima y Sócrates se nos van a dar una serie de ideas muy interesantes que son casi enseñanzas de tipo iniciático.

Para comenzar, Diotima narra el mito de Eros el menor, acólito de Afrodita. Recuerda que éste es hijo de Poros, la Abundancia, y de Penia, la Pobreza. En la fiesta de Afrodita estaba Poros, la Abundancia, y Penia, la Pobreza, que no estaba invitada a la fiesta se coló con la intención de concebir un hijo de Poros.

Nació así Eros, hijo de la Abundancia y de la Pobreza, por lo que no es bello, puesto que es hijo de Penia, pero como hijo que también es de Poros es lo suficientemente atractivo para hacer que la belleza, que siempre está buscando, acuda a él. No es pobre, pero tampoco es rico; no tiene nunca nada, sin embargo siempre está dando, está siempre pidiendo y siempre dando. Todo lo tiene pero todo lo da, luego no tiene nada. Este amor, hijo de la pobreza y de la abundancia sería esa fuerza cotidiana, esa especie de dios menor, de duendecillo que acompaña siempre a Afrodita con sus flechas que dispara con los ojos cerrados, como jugando un poco con las emociones de los hombres.

Estas características de Eros el menor nos vienen a decir que cuando amamos, amamos lo que no tenemos. ¿Cuándo queremos tener un coche? (y el "querer" es uno de los aspectos del "amar"). Cuando no lo tenemos. ¿Cuándo queremos comida? Cuando tenemos hambre. ¿Cuándo queremos ser libres? Cuando no somos libres. ¿Cuándo queremos disfrutar de las vacaciones? Cuando no tenemos vacaciones. En fin, amamos, queremos lo que no tenemos. Buscamos la Belleza porque no la encontramos dentro de nosotros. Buscamos la Bondad, porque no la encontramos dentro de nosotros. Buscamos la Justicia porque no la encontramos dentro de nosotros. Estamos siempre buscando, amando lo que no tenemos.

Y cuando lo tenemos, cuando por fin hemos encontrado a esa persona con la cual me entiendo, con la cual me encuentro tan completa que no puedo vivir sin ella, cuando por fin la he encontrado, ahora no quiero perderla. No quiero que mañana se vaya con otra persona, no quiero que le ocurra nada malo que me deje sin ella. Quiero mantenerlo siempre cerca. Quiero que no perezca, que sea eterno, que sea inmortal. De ahí, a través del diálogo de Diotima y Sócrates venía a concluir Platón: en realidad el Amor es "Amor de la Eternidad", es amor de la inmortalidad. En este mundo, rodeados de materia que continuamente se transforma, que cambia, que se envejece, se estropea y termina desapareciendo, inmersos en este mundo en el que no dura nunca nada, amamos la Eternidad, buscamos la inmortalidad. Cuando un artista está pintando un paisaje con una luz determinada que ha captado en un determinado momento, lo que quiere es que permanezca esa luz, que no se pierda esa sensación que él tuvo al observar esa luz y pueda revivirla en cualquier momento.

Puesto que estamos inmersos en la materia, cuando las cosas que amamos tienen por fuerza que desaparecer, entonces damos lugar a la Generación. La procreación sería una forma de suplir la inmortalidad, convertir lo mortal en inmortal. De forma que cuando el amor se vierte sobre el cuerpo, la consecuencia es otro cuerpo, otro ser vivo, un hijo. Los hijos son la consecuencia de la procreación a nivel físico. Pero esta procreación no es sólo a nivel físico, sino que se produce a todos los niveles: de la misma forma que los cuerpos se unen y dan lugar a un nuevo ser que va a vivir más que ellos, también las Ideas pueden unirse entre ellas y dar lugar a ideas nuevas. El amor en el nivel mental da lugar también a una procreación en el mundo de las ideas.

Y en esa unión a través de la ideas surge una relación distinta a la del amante y el amado, del padre y del hijo, que sería la del Maestro y el Discípulo. El Maestro ha generado, a dado a luz a un Discípulo. Esas ideas que se tienen que mantener, si no hay discípulos... no es que mueran, porque tampoco nosotros morimos. Nuestro espíritu es también inmortal y no muere. Muere nuestro aspecto ahora terrenal, y es por eso que buscamos la procreación en lo terrenal. Pero esas ideas que están en ese mundo de los Arquetipos (que es para Platón, como sabéis, es mundo real, lo que de verdad existe, lo que es "en sí", mientras que el mundo concreto es sólo el reflejo o la sombra de las ideas en la materia, reflejo que desaparece, que va transformándose, que quiere llegar a parecerse a los arquetipos, pero que nunca llega a tanta perfección y termina desapareciendo) el Maestro no quiere que "mueran", es decir, que desaparezca su proyección sobre la tierra, y de ahí que necesite un discípulo, que se busque enseñar, que se busque transmitir esa serie de ideas, que sería como la generación a ese nivel.

Llegado a este punto, pregunta Sócrates cómo pueden los hombres ir superando el amor físico, el amor emocional, e incluso el "amor a la sabiduría" que es la Filosofía, para llegar a la sabiduría, que sería el amor más supremo, que ve como muy lejano, tan perfecto y tan lejano al ser humano y a sus preocupaciones cotidianas, que Cómo podríamos nosotros alcanzar esa dicha. Y entonces le habla Diotima de una especie de escalera de ascenso que es todo un camino iniciático. La iniciación a través del amor cuyos Misterios muchas escuelas, a través del tiempo y de las edades oscuras no supieron conservar o malinterpretaron y han dado lugar a muchas cosas que en realidad no tienen mucho que ver con lo que supone esta escalera iniciática a través del amor.

El primer peldaño para acceder a los misterios por medio del amor sería amar los bellos cuerpos, un bello cuerpo. Lo primero que nos atrae de una persona, cuando nos enamoramos, es precisamente la belleza física. Lo primero en que nos fijamos es si es muy guapo o muy guapa. Sin embargo, de ese bello cuerpo, aquel que quiera ascender por este camino iniciático tendrá que descubrir que no es el cuerpo el que es bello, sino que es la Belleza lo que se plasma a través de ese cuerpo. A través de ese cuerpo bello debe descubrir LO
BELLO en sí.

Más adelante se dará cuenta que realmente la belleza que hay en los cuerpos no es tanto la del cuerpo en sí, sino la del alma la que se está manifestando a través de ese cuerpo. Y muchas veces decimos "esa persona, qué guapa es... voy a decirle algo..." y entonces abre la boca y ya... nos echa para atrás: "no, no, por favor, me voy... no quiero saber nada de esta persona: muy guapa pero, ¡Uf!"... Tenemos que encontrar, después de esa belleza del cuerpo que hay otra belleza que la trasunta, que es la belleza del Alma. Porque muchas veces no hace falta ni que hable, solo con que sonría esa persona ya está transmitiendo algo de lo que tiene dentro. Ya está transmitiendo una Bondad, una belleza del Alma, una Bella Alma que nos llevaría precisamente a descubrir LO BUENO en sí. Ya habríamos superado otro escalón y habríamos llegado a las virtudes del alma. Esto es lo que nos hace distinguir muchas veces entre "guapos" y "atractivos", muchas veces el atractivo de una persona está en que tiene un carácter, una psique, donde se encuentra el alma, muy bella, muy atractiva. Solemos distinguir entre las personas bellas y las bellas personas. Cuando hablamos de una persona "bella" hablamos decimos que es guapa. Cuando hablamos de una "bella persona" estamos hablando de una persona buena, que tiene un alma bella.

Después de encontrar Lo Bueno tenemos que seguir subiendo para descubrir el bello intelecto o la bella mente, las Bellas Ideas. ¿Cuándo es bella una Idea? La belleza de las Ideas nos conduce directamente a lo Justo. A través de las bellas ideas lo que descubriríamos sería LO JUSTO.

En esta escalera la parte horizontal de cada escalón, la que pisamos estaría formada por aquella belleza que vamos encontrando en la gente o en la persona en la que estamos enfocando nuestra atención, y la parte vertical, que es la que realmente nos está haciendo subir sería el descubrir esa cualidad, ese Ideal, ese Arquetipo, que serían lo Bello, lo Bueno y lo Justo. Estos tres arquetipos están al mismo nivel, no son uno superior a los otros (como del dibujo se podría inferir), pero al partir del Amor, los escalones se sucederían en este orden. Se parte de la Belleza porque en el amor es lo primero que busca: lo Bello. Hemos partido de esa primera impresión que recibimos al conocer a una persona: es o no guapa... de qué color tiene los ojos, ... ¡qué ojos más bonitos tiene!... Luego, cuando sonríe vemos: tiene algo especial en su sonrisa. A lo mejor de primeras no es físicamente tan bella como luego al sonreír... Y al empezar a hablarte le encuentras encantador...

En el amor platónico, pues, no está enemistada la parte más profunda, que es el sentimiento, con los otros amores más volátiles, sino que los está trascendiendo. Los está utilizando para ascender en esta escalera.
¿Y qué es lo que encontraríamos al final de la escalera? Cuando ya hemos encontrado lo Bello, cuando hemos encontrado lo Bueno, cuando hemos encontrado lo Justo, al final, lo que encontraremos sería lo VERDADERO. Y ya habríamos alcanzado la etapa del Sabio, no la del que cree saber, no del que tiene muchas opiniones, sino del que realmente sabe, el que ha llegado a la Verdad. El que ha llegado al conocimiento profundo de las cosas.

CONCLUSIÓN
Cuando hablamos del amor, creo que estamos todos de acuerdo, estamos buscando la felicidad. Si estáis de acuerdo con Platón, como yo lo estoy, de que realmente el Amor es la búsqueda de Eternidad, es la búsqueda de la inmortalidad, aquellas personas que buscan la felicidad solamente en la satisfacción de los deseos, ¿podrán encontrar el Amor?, ¿podrán encontrar la felicidad en la satisfacción de los deseos?. La satisfacción de los deseos nos da placer, algo muy agradable, que no tiene nada de malo. Pero ¿qué dura el placer? Un instante. En cuanto se satisface ese deseo, se acaba el interés, se acaba el deseo. La felicidad que aporta es momentánea, no dura nada. Aquellas personas que se empeñan en buscar la felicidad en la satisfacción de los deseos se convierte en dependientes de aquello que les proporciona el placer (drogodependencias, sexodependencia, ...). Se termina produciendo una dependencia porque como es tan breve la satisfacción obtenida, y lo que necesitamos es eternidad, necesitamos perpetuarla. Si nos quedamos en este tipo de búsqueda nos vamos a convertir en unos desesperados, encontrando sólo insatisfacción e infelicidad.

Las pasiones, como por ejemplo el enamoramiento, son algo más duraderas. Tienen una fuerza tremenda que nos puede llevar a arrebatos de locura o a sentirse brevemente en el éxtasis más supremo. Son emociones muy intensas, pero su duración es también muy limitada. En el caso del enamoramiento dura hasta que conocemos a la otra persona. Cuando ya la conocemos ya no hay misterio, ya se empieza a apagar la pasión. Otras pasiones menos románticas también tienen una duración muy limitada. Son fruto de la psique, que es totalmente voluble, con unos altibajos tremendos que nos llevan hasta las nubes, en el cielo, y al instante nos encontramos en el infierno. Por todo ello las pasiones nos van a llevar también a una felicidad muy poco duradera. Muy intensa pero muy contrastada también con grandes sufrimientos.

Si hablamos de los sentimientos, en un nivel ya superior (ya se habla en muchos gabinetes de psicología de la "inteligencia emocional") los sentimientos serían los afectos más inteligentes, más estables, más serenos, no llevan a esa intensidad de emociones que llevan las pasiones pero es mucho más estable, por lo que conduce más directamente a la felicidad que los goces anteriores.

Dentro de los sentimientos también podemos encontrar muchos tipos, pero esos sentimientos superiores dentro de los cuales podemos encontrar el amor a la Humanidad, a las grandes causas, el amor a la sabiduría. Por tanto, los sentimientos, frente a las pasiones y los deseos tiene la ventaja de que es duradero. Envejecer con tu amado. Cuando se trata de una pasión, cuando al amado empiezan a salirle canas, ya hay que cambiar de pareja, por otra más joven que proporcione esa emoción pasional y la ilusión de que uno también se mantiene más joven de lo que se es. Sin embargo, los sentimientos son duraderos, evolucionan con nosotros, y son los que nos van a permitir envejecer con nuestra pareja, al mismo tiempo, bebiendo en la experiencia de la vida, aprendiendo y disfrutando de la vida, y manteniéndolo como algo que realmente nos está alimentando emocionalmente, que nos está haciendo crecer emocionalmente porque lo estamos alimentando a lo largo del tiempo. Es este el amor que nos permite compartir con los demás. Y es este amor, que va acompañado de los otros (pasión y deseos), es el que conduce al matrimonio y la familia (cuando esto no es un engaño o un convencionalismo). El que conduce a la procreación en lo físico con los hijos, pero que a través de la educación se procura también que éstos sean buenos, mejores, ... Esta institución que ha sido la base de toda civilización y de toda sociedad reúne estos tres tipos de amores sin enfrentamientos, sino armonizándolos.

Pero el amor platónico sería una superación de este nivel, superando el amor a esa única persona que polariza nuestra vida, que es bella, que es inteligente, que es buena. Descubriendo que la belleza en esta persona está también en las demás personas, luego el amor que tengo hacia esta persona tengo que también tenerlo al resto de la Humanidad. Subiendo escalones y llegando a superar esa unidireccionalidad, extendiéndola hacia el mundo y hacia las Ideas, hacia lo Justo, hacia lo Verdadero, para amar también lo Verdadero, para amar también lo Justo y llegar finalmente a la Sabiduría. Es una cadena iniciática, es una subida iniciática. Quizás no todo el mundo tenga capacidad para hacerlo o no tenga la intención de ascenderla, pero es una cadena que está ahí. Es una cadena a la que yo os invito a que intentéis practicarla, porque es ahí realmente cuando se descubre qué es la felicidad. Con sólo unos atisbos que se tengan de la Verdad, se descubre que no es un goce momentáneo, que no es una impresión que pase en unos meses, sino que es algo que se clava en el alma, y que está ahí, incluso en los momentos de mayor tristeza o mayor desesperación ese puntito de felicidad nadie nos lo puede quitar.
A ello os invito. A que busquéis esta escalera y que intentéis subir.


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